

Teresa Becerra
Del miedo a la realización
como mujer
Teresa es trabajadora doméstica en el municipio de Apartadó, oriunda de Quibdó Chocó, es integrante del Colectivo de Mujeres Visibles de Urabá, espacio en el que se ha formado para trabajar por la reivindicación de los derechos de la mujer.
A finales de 1968 nació Teresa Becerra en Quibdó Chocó, primera hija de una pareja que posteriormente se separó. Su madre, Juana Córdoba, formó una nueva familia en la que nacieron 8 hijos. En esta Teresa fue responsabilizada por parte de su padrastro con labores de campo aún siendo menor de edad. Ella, se encargaba de cultivar la tierra, cosechar arroz, yuca, maíz, plátano, por eso no pudo ingresar a la escuela, se dedicó toda su infancia a cuidar a sus hermanos y a las labores de la casa o el campo.
A los 14 años de edad decidió marcharse de casa junto a un muchacho como única salida, debido a intentos de abuso sexual y abusos laborales por parte de su padrastro, pues también fue obligada a trabajar en albañilería, “Cuando mi mamá decía ella va a lavar la ropa, él decía que no, entonces yo para que él no maltratara a mi mamá me tocaba irme con él” relata Teresa, quien vio a su madre ser maltratada y sufrió también los actos violentos de su padrastro.
Al salir de casa se fue a Riosucio Chocó, a Salaquí, ahí perdió a su primera hija, se separó y posteriormente se juntó a vivir con Luciano Correa quien es actualmente su pareja. En 1990 con dos hijos y su compañero, se trasladó a vivir al municipio de Apartadó, lugar en el que fue complicado adaptarse, además, se enfrentó al maltrato intrafamiliar nuevamente, lograba escapar de los golpes cuando llegaban los vecinos o se escondía en casa de ellos, “los niños empezaban a gritar y él se salía a la calle diciendo ‘a esa la mato, a esa hoy la mato’” relata Teresa sobre algunos momentos que enfrentó viviendo en el barrio Obrero.
“Yo decía ¿Señor por qué no me quitas la vida?¿Por qué tengo que sufrir tanto? Joven no tuve una vida buena y ahora después de vieja por qué no la puedo tener” recuerda Teresa que solía preguntarse. Sin embargo, un día empezó a decir ‘Ya no más’ con ayuda de su cuñada lo denunció, aunque él no se fue de casa el maltrato se redujo, tenía carta de protección y él empezó a cambiar por miedo a la cárcel. “Esa teresa, que ya no es la misma, empezó a decir ya no más y me paré en mi raya y empecé ahí tomando como un valor” relata Teresa de cómo empezó a transformar su vida.
Llegar al colectivo le ha dado otras herramientas a Teresa para enfrentarse o denunciar el maltrato, aunque sigue viviendo con su compañero y se han casado por lo civil, ella ha dejado claro que no es un objeto. La relación con su esposo, tras un proceso y acompañamiento ha cambiado hasta tener matrimonio por lo civil. En el colectivo la inseguridad ha disminuido, el miedo también, ha perdonado pero no se permite que maltratos como esos vuelvan a su vida. “toda mi vida fue sufrimiento, pero ya ahora me siento libre, me siento orgullosa, al final de tanto sufrimiento me nació una familia”
Hoy, teresa reconoce que quiere una Colombia libre de violencia, en el que “siga llegando la paz, como ahora, que haya diálogo de paz” en la que las mujeres conozcan más las leyes, un país más unido.